Estamos en Museartes

jueves, 15 de enero de 2015

Los adioses de Peralta

Morir en el escenario... 

¿Insólito?, ¿escalofriante?, ¿poético?  Lo cierto es que el 8 de febrero de 1967 sucedió en Bogotá. La Compañía española de teatro universal Alejandro Ulloa de paso por el país, estrenaba en el Teatro Colón la comedia Los intereses creados escrita por Jacinto Benavente, premio nobel de literatura.

Gracias a la intermediación del señor Reder, empresario (productor) de la compañía, el papel de Pantalón había sido concedido al filipino Jaime González Anguita, actor y profesor de Lingüística radicado desde hacía varios años en la capital. 

Aquel jueves, al finalizar uno de sus parlamentos, el actor se desplomó frente al público debido a un infarto cardíaco; naturalmente la función de esa noche no pudo continuar.

¿La compañía siguió en temporada?... Sí. 
¿Por qué?, el empresario lo expresó con estas bellas palabras:
"¿Acaso no ha oído usted que cuando muere el rey, se grita 'Viva el Rey'?"



En: El Tiempo

Esta breve anécdota del teatro en Bogotá es también un pretexto para recordar y vitorear en homenaje a aquellos que han dejado en los últimos tiempos la escena teatral del país. 

El maestro Enrique Buenaventura (2003), los hermanos dramaturgos Manuel (2004) y Juan (2008) Zapata Olivella, Fanny Mickey (2008), los actores Blas Jaramillo (2007) y Fernando García (2013), el director del TICH Rodrigo Carreño (2009), el maestro titiritero Gabriel Esquinas (2009), el dramaturgo Carlos Perozzo (2011), los actores, directores y dramaturgos Jairo Aníbal Niño (2010), Eddy Armando (2011) y Fernando Peñuela (2011).


A todos aquellos que partieron el año pasado, los actores: Alberto Valdiri, Robinson Gómez del grupo Correo de voz, Danilo García de Ensamblaje Teatro y Proyecto Collage; el actor y director de teatro universitario Jairo Florián, la actriz de antaño del TPB y del Teatro Libre Celmira Luzardo, el maestro Rodrigo Saldarriaga, y la actriz Consuelo Moure, autora del libro: El teatro universitario colombiano 1968-1975 y esposa del maestro Paco Barrero.

Sin encontrar otra manera para finalizar estas líneas, así reza el epitafio de quien murió pocas horas después de haber sido su propio enfermo imaginario: “Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario